El Festival de Cine Universitario Render
abrió por primera vez “RenderLab”, su laboratorio virtual de formación y
asesoría para proyectos de cortometrajes universitarios en etapa de desarrollo.
PROYECTOS SELECCIONADOS: RenderLab 2020
“Cameloidianos”, de Fiorella Carhuancha Quijada (Lima)
“3 x 1”, de Bruno Montenegro Mamani (Arequipa)
“Wayra”, de Edson Mamani Yanarico (Puno)
“Sara”, de Ariana Andrade Castro (Lima)
“Gen”, de Renato Romero Silva (La Libertad)
Un interesante espacio de
aprendizaje cinematográfico que se llevará a cabo del 4 al 12 de agosto, y con 3 especialistas del medio como asesores:
Tania Medina (Asesoría de Producción y Distribución), Gonzalo Ladines (Asesoría
de Guion) y Melina León (Asesoría de Propuesta de Realización). Además, un Taller
de Dirección de Fotografía a cargo de Alberto Venero Guzmán.
DIÁLOGOS VIRTUALES: Detrás de la pantalla
Paralelamente a las
asesorías se ha programado un ciclo de
encuentros virtuales abierto al público interesado. Son 05 fechas durante la
semana donde destacados realizadores compartirán sus experiencias y
conocimientos sobre los procesos de producción de cine.
"La complicidad creativa” (Asistencia de dirección), con los cineastas Melina León
y Carlos Ormeño - miércoles 5 / 6:00 p.m.
“Caminos
para producir ficción”, con la productora Enid Campos - viernes 7 / 6:00 p.m.
“La
dirección en la preproducción de animación”, con el director y productor de
animación Jimy Carhuas - domingo 9 / 6:00 p.m.
“Dirección
y producción documental”, con el cineasta Gonzalo Benavente y la productora Carolina
Denegri - martes 11 / 6:00 p.m.
“Del
guion a la dirección”, con la cineasta Ani Alva Helfer - miércoles 12 / 6:00 p.m.
Los diálogos se transmitirán
en vivo del 5 al 12 de agosto a través de la página web www.festivalrender.com, el fanpage del
festival y en el fanpage de la Dirección de Cine y Producción Audiovisual del
Centro Cultural de San Marcos.
De
impecable factura (especialmente su fotografía), “La Casa Rosada“ tiene imágenes potentes
que grafican los momentos más duros, más crudos y más realistas de los
ayacuchanos que injustamente fueron acusados de terroristas (hasta la tortura y la masacre). Paralelamente se muestra el lado más salvaje, más irracional y más deshumanizado de un grupo de militares que debían “ordenar, limpiar y proteger el Estado”.
Bajo
estas dos atmósferas narrativas (que son evidentemente de crítica y denuncia),
se introduce una línea narrativa principal (que es la que atenúa el propósito
del filme, para no caer en el panfleto, la apología o la polémica directa): 02
niños en busca de su padre desaparecido. Muy cómodo dentro de esta lógica
narrativa, el filme se estructura y se mueve de manera convencional y unidireccional, anulando otros puntos de vista o perspectivas que podrían haberse tocado y hubiesen aportado un grado más de profundidad en el contenido, que como sabemos esta oscura etapa tuvo varias aristas en nuestro país.
La
historia es sencilla: Adrián Mendoza (interpretado por un correcto José Luis Adrianzén) es un profesor universitario acusado por error de terrorista y llevado a una casona donde lo torturan unos sanguinarios y desquiciados militares. Sus dos pequeños hijos llamados Juan de Dios y María del Carmen (de rostros inocentes y simpáticos para la cámara, pero un tanto teatrales) emprenden su búsqueda en la convulsionada ciudad de Huamanga, sitiada por las fuerzas del orden, los subversivos y el toque de queda.
Se
suman aportando gran tensión las efectivas apariciones de Carlos Cano (como el estricto y rígido Mayor del Ejercito) y Kike Casterot (el despiadado militar “Calamar 10”), entre otros actores de reconocida trayectoria que representan un personaje-tipo: el cuerdo militar chato (Oswaldo Salas), el militar coquero (Rodrigo Viaggio), el taxista solidario (Ramón García), el hermano que tomó un camino distinto (Cristhian Esquivel), el abogado corrupto (Walter Bustamante), el prisionero cómico (Segundino Huamancusi), la tía amorosa sin pasado y sin historia (Camila MacLennan), el teniente compasivo (Jhonny Mendoza), etc.
¿Y
por qué no se clasifica el producto como “película comercial” si recurre a una
estructura básica y súper lineal? La razón está en su forma: el filme oscila
del drama duro al melodrama contenido hasta el suspenso angustiante, y otros
giños genéricos; es decir es bastante híbrida para un público masivo que está acostumbrado a fórmulas puras o privilegiadas en cuanto a géneros. He allí su gran atractivo también, además que la pelicula activa en la audiencia la memoria, la reflexión y la indignación frente a los oscuros hechos históricos de las décadas de los años 80/90.
Con
un guion un tanto esquemático y complaciente, se nota la preocupación del
director por exponer más el tema que por el diseño y evolución de los personajes,
obsesionado más por el acabado visual que por la estructura y el ritmo
narrativo. Este nuevo filme y estreno póstumo del cineasta Palito Ortega Matute es la punta del iceberg de toda su filmografía que recomiendo verlas, principalmente “El Rincón De Los Inocentes“, que es la más lograda, más compacta y efectiva narrativamente hablando aunque de una calidad menor en cuanto a lo técnico; pero que sin duda es la que más refleja la personalidad y la esencia primigenia de su realizador desde que se inició en esta aventura cinematográfica.
La Pontificia Universidad Católica del Perú, a través de su Centro Cultural, gracias a la presentación de la Fundación BBVA, anuncia el 24 Festival de Cine de Lima PUCP en Casa, el cual se realizará del 21 al 30 de agosto a través de sus plataformas digitales.
El nuevo formato virtual de esta edición, creado a partir de las medidas sanitarias dictadas por el Gobierno Central de suspender indefinidamente todo evento público presencial, tendrá una estructura reducida del Festival enfocándose en la esencial competencia latinoamericana de cine documental y cine de ficción dirigido a todo el público nacional con un total de 28 películas.
Asimismo, se ofrecerá la sección de Encuentros, con conversatorios organizados con cineastas nacionales e internacionales; una muestra de cine especial de un país invitado; y la sección profesional de apoyo a la industria cinematográfica, Cine del Mañana.
Las entradas a las películas tendrán una preventa desde el martes 10 de agosto, día en que se revelará la programación y todos los detalles de esta nueva edición. El Festival de Cine de Lima PUCP es licenciado por EGEDA Perú.
#ElCineLatinoNosConecta
"Para saltar a lo desconocido, a veces hay que retroceder hasta el primer paso.
Mirar atrás para recordar cuál fue ese impulso inicial, esa pulsión que
convirtió un sueño en un increíble viaje que hoy es forzado a tomar un nuevo
rumbo. Volver para recordar lo que realmente importa: el cine. Pero no
cualquier cine, un cine que refleja la realidad de un continente, nuestro
continente.
Un cine que recorre nuestras venas, nuestros barrios, nuestros
andes y nuestros llanos, nuestras luchas, nuestros sabores, nuestras culturas,
nuestros lenguajes y que revienta con la pasión de millones de corazones
juntos, que, al verse en una pantalla, se sienten más conectados que nunca. Volver
y enfocarnos en lo que nos trajo hasta aquí, un cine latinoamericano que conquista tus sentidos y
lo resiste todo.
Bajo el
lema de “El cine latino nos conecta”, iniciamos la campaña de comunicaciones de
esta nueva edición del Festival, invitando al público a agendar que del 21 al
30 de agosto todo el Perú podrá conectarse para disfrutar de 10 días con lo
mejor del cine latinoamericano".
“UTOPÍA”, la cinta peruana que recrea un acontecimiento real e impactante, dividida en 02 momentos: Una más cercana a la realidad (en torno al día trágico e infernal incendio en la discoteca homónima de Surco en el 2002 donde murieron 29 personas, en su mayoría jóvenes de la clase media alta de Lima) y la otra fundida con la ficción (donde un periodista con problemas de pareja termina uniéndose a un grupo de padres que buscan justicia, reabriendo el caso archivado hasta que los dueños de la discoteca son sentenciados en el 2014, pero actualmente prófugos).
Esta película hecha con
buenas intenciones es co-dirigida y co-escrita por Gino Tassara (la cara más visible de este arriesgado proyecto con muchos años de investigación y que originalmente iba a ser un libro). Si el objetivo es/era difundir “el efecto Utopía”; es decir; que gracias a la lucha y búsqueda de justicia de los padres se logró ciertas reformas -leyes y normas- para que hoy los espacios de diversión y otros cuenten con una mayor seguridad frente a los desastres, pues sinceramente lo más efectivo hubiera sido un spot publicitario (realizado con algún Ministerio o un canal de televisión privado) o virar hacia el registro documental, pero no una película.
Y digo esto porque ese
propósito aleccionador se va diluyendo conforme nos sumergimos en la historia
con grandes baches en el guion y en la irregular dirección de actores,
incluyendo las malas decisiones que se toman desde la fotografía hasta el
montaje, entre otros aspectos técnicos. Pero, vamos, démosle un orden y un
sentido más cohesionado (y más simpático al filme): Julián (Renzo Schuller) es un periodista de televisión que suele cubrir generalmente notas triviales y ligeras (como la insólita transmisión en vivo en el que entrevista a una mujer que rescató un cerdito bebé del huayco y debe darle de lactar, -sin duda- es la escena más espontánea, divertida y natural de toda la película, protagonizada por la efectiva actriz Sylvia Majo).
Más exagerado y extremo no
podría ser, Julián no tiene tiempo para nada, menos para su bella, rubia y
egocéntrica enamorada llamada Elizabeth ((Rossana Fernández-Maldonado), a tal punto que ella lo abandona y se va del departamento, “harta de estar con un mediocre que no escala en la vida”. Y así con un par de escenas (una simpática y otra melodramática) se pinta a estos dos personajes de la trama principal. A partir de ahí, surge nuestro “héroe”, pues debe buscar una nota periodística súper importante (y por qué no, arriesgada) para que “la princesa histérica” vuelva.
En el trayecto se topa con
los padres de los jóvenes fallecidos en la discoteca “Utopía” que buscan
justicia, Julián oye los testimonios, se conmueve y decide investigar el caso
que esta archivado. Decide comunicarle a su jefa periodística, pero está se
niega al principio, al final acepta siempre en cuando la nota tenga
“carnecitas”, es decir nuevos datos para el morboso público que alimenta el
rating del noticiero. Con una misión entre manos, nuestro protagonista -¡oh,
qué casualidad!- conoce a Víctor (Carlos Solano), un trabajador que sobrevivió en el incendio y sabe mucho de lo que ocurrió, y ayuda en la investigación proporcionándole información inédita.
Pero como en toda mega
clásica y trilllada historia de pesquisa tradicional ultra básica los “malos
muy malos” no deben faltar, “especialmente aquellos oponentes torpes que lo ven
todo y están donde menos lo imaginas, pero nunca sabes por qué no matan o
desaparecen de una buena vez a ciertos ayudantes o al mismo protagonista”, y
esta cinta de precaria estructura narrativa convencional no es la excepción, ya que de algún modo se debe generar/agregar una dosis de suspenso y un poco de acción, donde no la hay ni funciona debidamente. Acechado y perseguido, Julián sigue derecho hacia su objetivo cruzándose en su camino con otros personajes planos, episódicos y de puntuales diálogos.
Un abogado le informa que
el caso no avanza porque hay “entes” hasta de las más altas esferas sociales y
políticas que lo impiden. Los malos le mandan una señal para que se detenga
porque hasta su “princesa” corre peligro. Julián desiste del caso, pero los
padres de los fallecidos –presentes en la escena, pero “invisibles” como si
fuera un coro griego– tratan de reanimarlo. Parecen perder la batalla, pero los dioses no los abandonará. Hay un milagro: una joven sobreviviente del incendio ha guardado por años un secreto, un material pequeñito, como el elíxir que da aliento de vida, y ¡zas la historia dará un giro dizque inesperado! Ahora el héroe-periodista podrá triunfar, recuperar su honor perdido, y quién sabe también a la “princesa unidimensional”. ¿Será posible eso, el de abrazar la felicidad y la paz en un lugar donde hasta en el aire está corrupto? Y en los minutos siguientes se dan otros giros, apelando más a la sorpresa e intentando conmover con algunos registros audiovisuales reales (documentados en la época).
De ritmo súper acelerado y
un montaje desarticulado, la historia lineal que les he contado de nuestro
periodista-héroe está fragmentada, pues en ella se inserta acontecimientos del
pasado mediante los flashback y micro-escenas-familiares-en casa, unas tras otras, por los recuerdos y testimonios de los padres que atesoran una versión idílica de sus retoños: unos chicos y chicas con muchos sueños y un gran futuro por delante. En este espacio narrativo, no interesa conocer los pensamientos o la personalidad a fondo de algunos jóvenes y la de sus padres, puesto que sólo desfilan por esta subtrama -que más funciona como relleno y gancho para la audiencia un tanto perversa (de hecho, todo el mundo quiere ver el acontecimiento principal, es la razón por la que uno está sentado frente a la pantalla grande: ver el incendio y el horror con lujos y detalles; pero eso no ocurre como uno quisiera, solo es una dramatización sin mucho impacto).
Surge entonces un par de
interrogantes: ¿O los directores se distancian al no querer dar lo que los
espectadores quieren ver por respeto al dolor y al sufrimiento de los padres
reales (ya que también estuvieron involucrados desde el inicio de la producción
de la película)? ¿O porque no hay el suficiente riesgo y la acertada
creatividad para reconstruir una tragedia de tal magnitud con cientos de extras
y figurantes? Inclinándonos por la primera, se deduce que el producto final es
una “película homenaje”; directa, clara y sentida hacia los padres y a sus fallecidos; razón por la cual en la historia no se toma grandes licencias narrativas, obviando incluso las construcciones más verosímiles o más sólidas de todos los personajes. Incluso, se descarta el desarrollo de un gran personaje que pudo tener mayor presencia en la cinta como lo es el abogado Luis Delgado Aparicio (Carlos Mesta), popularmente conocido como “Saravá” (y cuya hija Verónica –en la cinta interpretada por la actriz Ingrid Altamirano– fue una de las 29 víctimas).
CONCLUSIÓN:
Tras una mañana y una tarde
hermosa, dignas para un portarretrato, los jóvenes llegan en mancha por la
noche a la discoteca súper exclusiva. Todos van al evento “chic” del año,
donde habrá un espectáculo con animales y fuego: una “fiesta zoo”. Son decenas (en el encuadre), cientos (en el rodaje), miles (en el reporte real): los vemos entrar, bailar, hablar, reír, saltar… y de pronto el fuego, y luego solo vemos una masa juvenil, apretujándose, gritando en medio del humo, la asfixia y corriendo de un lado a otro, algunos están atrapados en espacios sin salida, otros tratan de ayudar,… Son chicos, a los que la gente llama “pituquitos”; mientras que los Otros, los de piel oscura o los llamados “marrones” no pueden entrar, o son vigilantes o están limpiando en los baños de “Utopía”. Es la estampa de nuestra realidad: racista y marcadamente dividida, donde la clase media alta se divierte, mientras que clase media baja labora a toda hora, aunque esa noche serán testigos de que los “ricos” también sufren las peores tragedias del mundo: producto de la inseguridad, la negligencia de un barman y unos dueños blindados por el poder del dinero y la corrupción (que es como una sombra que cubre todo el Perú desde hace décadas).
Entre los meses de agosto y diciembre llega una gran alternativa para los amantes del séptimo arte y el mundo audiovisual.
Más de 15 festivales se llevarán a cabo de manera virtual en diversas ciudades del país. No sólo incluyen exhibición de películas,
también hay conversatorios y talleres de formación cinematográfica. Muchas de ellas sin costo alguno para los internautas.
Sin duda, una razón más para sobrellevar la crisis sanitaria, económica y política por
la que atraviesa nuestro país debido al COVID-19.
Y bueno, definitivamente lo que se llama
TERROR con mayúsculas no lo es, #Sebastiana es principalmente
un filme de aventura paranormal con toques (por no decir
"ejercicios") de terror. La historia del filme toma como punto de
partida "Mujer y Tigre", del gran escritor peruano Ricardo Palma (lo
puedes leer online aquí).
La película arranca cuando una
profesora relata a sus estudiantes la tradición y visualmente nos
trasladamos al siglo XVII (que es quizá lo mejor de toda la película porque si
hay algo que no podemos negar es que Augusto Tamayo sabe recrear
épocas, lo podemos notar desde el vestuario hasta la escenografía, pasando por
los selectos encuadres hasta una cuidada fotografía y cierta recreación de
atmósferas, nada nuevo teniendo en cuenta que aquello lo domina desde sus
anteriores filmes de corte histórico).
La tradición cuenta la historia de la
primera mujer ahorcada en la Plaza Mayor de Lima y Nani (Silvana Cañote), una
de las jóvenes que oye el relato, descubre que aquella mujer llamada Sebastiana
podría ser parte de su árbol genealógico, hecho que lo confirma con su grupito
de amigas indagando en la biblioteca en los mapas antiguos de Lima y
reconfirmada por un tío posteriormente. Acto seguido: Del terrible y trágico
hecho real histórico pasamos a la aventura: Nani y sus 4 amigas se van a la
abandonada hacienda familiar. Lo que sigue es gran parte del metraje bastante
inconsistente, divagante y poco novedoso a nivel de historia (guion),
instaladas en la casona... las chicas empiezan a ser acechadas por
sombras/entes/presencias paranormales.
En un tramo donde se debería ahondar en el
desarrollo, las relaciones y confrontaciones de los personajes hasta las
subtramas (en este caso, en el de las chicas, nunca llega a cuajar y todo es
trazado de un brochazo porque la cinta esta preocupada más en "querer
asustar" al espectador, pero nunca lo logra de manera efectiva, pues sólo
hay un desfile o despliegue de toda una serie de elementos, referencias y giños
que a estas alturas -supuestamente- debería seguir asustando (desde muñecas,
mecedoras, sótano, columpios, bañera, ducha a lo "Psicosis",
posesión, etc, etc.).
Si hay un par de segundos sorpresivos y
hasta quizás interesante, ese es el toque lésbico que lanzan en la cinta, pero hasta
eso (que muy bien pudo ser explotado), aquí es una mera anécdota súper
olvidable. Al final, la historia se precipita (luego de que las chicas corren y
corren de un lado para otro, sin aportes grandes y significativos a la trama,
ya que sinceramente solo distraen de lo esencial, si la historia hubiera tenido
una sola protagonista y se eliminaba a las otras, nada cambiaba o hasta
probablemente ganaba más solvencia y solidez).
Didáctica, reflexiva e ingeniosa, #LaRevoluciónYLaTierra nos da una de las
mejores clases de Historia del Perú que todo peruano de a pie debería ver.
Apoyándose de material fílmico y de archivo de antaño se revisa -no sólo
términos sino también- la situación del indígena, el campesino y el cholo
relacionada con la inevitable Reforma Agraria que tuvo su punto más alto
durante el Gobierno Militar Revolucionario de Velasco. Además de cómo el cine
contribuye en la constante construcción de un rostro para el país. PUNTAJE: 8/10
Unir varios episodios de una serie para
comercializarla como largometraje no siempre funciona bien, pero con cierta
creatividad en la postproducción sí es posible. #AjZombies logra atrapar de
principio a fin gracias al carisma y talento de sus protagonistas, aunque más
bien diríamos por el certero diseño de personajes y situaciones cómicas en
medio de una invasión zombie en Lima. Sinceramente, un buen ojo para darle
unidad (coherencia y cohesión) al producto. PUNTAJE: 6.5/10
Ganar un fondo económico estatal por el proyecto-guion, tener una premisa interesante y un
elenco atractivo no siempre aterrizan bien en pantalla grande. #PixelesDeFamilia pone sobre el
tapete la desconexión entre los miembros de una familia de clase media alta con
problemas que van desde lo económico hasta lo existencial, se acerca a ellos
cual zoom hacia un pixel, pero nunca logramos ingresar a sus mentes y menos a
las motivaciones reales (o profundas) del estado emocional en la que se
encuentran cada uno de ellos. Con un guion esquemático donde todos los personajes
deambulan de un lado a otro y se teatralizan situaciones, la película pierde
fuerza hasta desconectar con el espectador porque todo se precipita sin haber
desarrollado o construido sólidamente algo. Una ópera prima fallida e irregular
por donde se la vea, tanto en factura como en historia. PUNTAJE: 3/10
¿Que las ficciones en torno a la violencia de la década de los 80/90 en el Perú están agotadas? No, claro que no. #LaBronca, la nueva película de los Hnos. Vega confirma que hay historias para rato siempre en cuando haya creatividad, seriedad y calidad al abordarlas. Así te vayas a vivir a Canadá (lugar donde transcurre la película) las sombras de la violencia te alcanzarán y no te dejarán nunca. Un mundo en el que los hombres y su masculinidad entran en fricción, conflicto y pugna. Con una sólida dirección, actuaciones solventes, un guión preciso y una factura impecable, el filme logra impactar y atrapar a los espectadores de principio a fin. PUNTAJE: 9/10