Filmada en digital a un costo de 80 mil soles, mejorada luego la postproducción y convertida después al DCP para su exhibición gracias a la Asociación Guarango, la película “El Ultimo Guerrero Chanka” del realizador andahuaylino Víctor Zarabia desde inicios del años fue promocionada (inflada, dicen algunos) como una 'súper producción cinematográfica de provincia', el cual generó grandes expectativas en el público limeño y nacional.
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“No es melodrama, ni terror, sino una película de acción y aventura, histórica y mítica. Es la primera película épica andina”, informó un conductor de televisión.
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Tiempo después, esa gran expectativa menguó día a día en gran parte del público limeño. Los mismos medios de comunicación se encargaron de ello (anunciaron la conferencia de prensa, la fecha de estreno, la postergación, otra fecha de estreno, otra conferencia de prensa, etc.) hasta desinformar, confundir o quitar las ganas de ir a verla.
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“En realidad, la culpa es del director, pues su capricho sumado a las trabas y lo engorroso de exhibir una película regional en la capital radicó en querer colocar, no en tres, sino en las nueves salas de la cadena Cinestar. Todas o nada. Su mayor espera y desespera fueron los proyectores 'especiales' que el formato DCP utiliza para exhibir”, comentó un actor extra del filme.
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Sea como fuere, gracias a la publicidad o a los esfuerzos del director, la película logró estrenarse en la capital, pero solo duró una semana en cartelera. La razón: Poca asistencia del público. Otra razón: Competía con filmes hollywoodenses muy comerciales (“El planeta de los simios”, “Los Pitufos”, “Linterna verde”, “Destino Final 5”, "Capitán América", etc.). El balance: 10 mil espectadores.
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“Diez mil asistentes es bastante. Es un exitazo para la primera película regional en exhibirse en toda Lima. ¡Hay películas limeñas que no han llegado ni a los cinco mil!”, exclamó un realizador arequipeño.
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Decir 'primera película regional' y 'en toda Lima' podría crear confusiones y es necesario aclarar. En primer lugar: “El Ultimo Guerrero Chanka” no es la primera película regional en llegar al circuito comercial, anteriormente lo han logrado el puneño Flaviano Quispe con “El Huerfanito”, el ayacuchano Jesús Contreras con “Sin Sentimiento”, entre otros más. En segundo lugar: “El Ultimo Guerrero Chanka” no se ha estrenado en toda Lima, solamente en la cadena Cinestar, que siempre abre sus puertas a los realizadores de provincia, y que en esta oportunidad (quizás por la agresiva publicidad) se abrió más puertas, pero las cerró al toque porque (le guste o no a los realizadores de provincia, ya esta comprobado) una película regional no es rentable en Lima y; si algún día lo es, es porque ha mejorado sus condiciones de producción y principalmente ha superado las debilidades que muchos criticos observan: los diálogos teatrales, la falta de continuidad, los efectos rudimentarios, etc.
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“Sinceramente, al público espectador no le interesa si la película esta hecha con poco o mucho presupuesto, si fue grabada en Súper VHS, HD o Celuloide. Lo que atrae, atrapa e interesa en estos tiempos a la gente es que la historia del filme sea coherente, que sea buena en lo narrativo, solo eso”, dice un estudiante de comunicaciones.
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Por deducción, el comentario anterior indica que las películas regionales no atraen porque están mal narradas. Tecnicamente hablando: Problemas de guión, la mayor debilidad de toda película regional: En el caso de “El Último Guerrero Chanka” la historia no es transparente, ni fluida, sino manipulada de manera torpe (a diestra y siniestra) por el guionista-actor-director. Las dos horas de duración no aportan nada a lo que ya sabíamos por medio de la sinopsis o visto en el trailer (muchas veces modificado). Lo épico se esfuma a los pocos minutos, lo histórico es un pretexto, los efectos especiales y las artes marciales son puro alarde, lo andino es solo espacio geográfico y de promoción turística. Lo demás es reiterativo, redundancia, superfluo, relleno e improvisación. "El Último Guerrero Chanka" no es una película de acción ni de aventura, sino una mezcla de géneros. Un híbrido cuyo eje principal (y final) es una venganza, pero más del protagonista que del villano: Kuen, el guerrero chanka, debe vengar el asesinato de su esposa; mientras que Willajay, el hehicero resucitado, debe sacrificar a una joven mujer. La ideas vendidas al público de que el hechicero Willajay quiere desaparecer la descendencia chanka y que Kuen es el último guerrero chanka-héroe-salvador desaparecen, no es creible, es solo una ilusión.
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¿Pero por qué hay muchas películas regionales que tienen éxito en provincias más no en Lima?, se preguntará la gente. Una posible respuesta: En la mayor parte de la sierra, no hay multicines. La gente no tiene opción, no puede elegir entre esto o aquello. Tienen que ver lo que hay. El día que llegue los multicines a todas las provincias del Perú, cierta será la muerte del llamado Cine Regional -dicen los más radicales- pues casi nadie vera ésas películas. Tarde o temprano, sí o sí, las nuevas producciones cinematográficas de provincia tienen que narrativamente ajustarse al clásico y comercial modelo aristotélico si es que quieren entrar al mercado de consumo. De no hacerlo, serán películas experimentales, de minoría.
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¿Y qué diferencia hay entre las películas regionales anteriormente estrenadas en Lima y “El Ultimo Guerrero Chanka”? Pues, la publicidad que se le ha hecho: enorme e innecesaria. Lo único que se ha logrado es que el director sea más valorado que el producto fílmico: Víctor Zarabia es 'osado', 'arriesgado', 'atrevido' y la película (a grandes rasgos) es 'surrealista', 'fallida', 'irregular', 'básica', ...
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El objetivo de la crítica en el Perú debería apuntar hacia otro lado, debería analizar la mayor debilidad de los filmes en nuestro país: el guión. Se debería analizar una película sin distinción de origen (limeña o regional), de manera objetiva, minuciosa, detallada. "Moler a palos y echar flores" al producto y no al director. La mayoría de realizadores de provincia no saben exactamente dónde están las fallas de su película. Saberlas sería educativo para la labor del guionista, del director y otros involucrados en la producción, ya que muchas veces la formación de todos ellos es autodidacta. Hacerlo sin medias tintas y de manera extensiva no generará más división entre limeños ni regionales, sino aprendizaje.
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Decir película limeña y película regional ¿no es dividir? Pues, no. Son solo categorías que funcionan en nuestro país, para el extranjero obviamente se dirá película peruana, y punto.
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