domingo, 28 de junio de 2009

TRADICIONES AYACUCHANAS

Obra imprescindible de Juan de Mata Peralta Ramirez

Huamanga ha sido siempre una ciudad de calles tranquilas. Y bajo su intenso cielo azul, la vida transcurrida durante siglos ha dejado tras de sí el recuerdo de sucesos que marcaron la memoria colectiva: La memoria de nuestro pueblo. Una memoria eminentemente oral, y que al transmitirse de boca en boca, muchas veces se deforma y otras veces se pierde. Muchos de esos sucesos encontraron cabida en las "Tradiciones de Huamanga", y fueron preservados para el conocimiento de las nuevas generaciones de huamanguinos, salvándose de un destino incierto.

En las "Tradiciones de Huamanga" abundan los nombres antiguos de las calles, así como los nombres de familias ya extinguidas. Huamanga fue, no hay que olvidarlo nunca, el segundo centro de la nobleza española en tiempos de la colonia, solamente superada por Lima. Por la Plaza Sucre, por los hoy jirones Asamblea, 28 de julio, 9 de Diciembre, Centenario, San Martín, Bellido, y por los barrios de La Alameda, San Sebastián, San Juan Bautista, Carmen Alto, Andamarca, El Arco, miles de huamanguinos caminaron con sus alegrías y con sus pesares, dejando sus huellas.

Los poderosos y los humildes de aquellos tiempos. Hoy, todos ellos están juntos en las tradiciones de Juan de Mata Peralta Ramírez. Sus primeras tradiciones las publicó en 1964, y las últimas en 1982. César Vallejo decía con mucha razón que "el arte viene del pueblo y va hacia el pueblo". Y eso es lo que Juan de Mata Peralta Ramírez* hizo durante largos años. Prácticamente en todo lo que duró su vida, pues esta labor se convirtió en su sueño y en su anhelo. Recogió las historias, las narraciones, y los hechos de boca de la población huamanguina, de los antiguos como se decía, y posteriormente los retornó a la misma población pero ya en forma de tradiciones. Y en su voz, de una u otra forma, se expresó la voz de todos. Las sentidas palabras de Antonio Sulca Effio, Luis Ledesma Estrada y Neptalí Bartolo Santiago, entre muchos otros distinguidos intelectuales más, así lo reconocen. Al hacer eso, le dio un profundo sentido social a su obra, conviniéndose en un auténtico trabajador de la cultura, de nuestra cultura.

Siempre continuó escribiendo. En 1990, en una entrevista periodística a "El Heraldo", confirmó que tenía muy avanzada la redacción de una novela sobre Ventura Ccalamaqui; una de las heroínas huamanguinas de la época de las luchas por la independencia. Un trabajo que aun permanece inédito.

Fue una persona muy estimada y querida, por su cálida sencillez. Con su andar calmo, con eI saludar atento, y con su personalidad agradable, siempre se le vio yendo y viniendo al colegio San Juan Bosco y a la Cooperativa San Cristóbal de Huamanga, lugares donde trabajó. Nunca se dio aires de gran señor o autor, nunca se le vio fomentando altercados, y por el contrario, siempre se le vio como a alguien a quién poder acudir en busca de consejo o de ayuda espiritual. Don Juanito, como lo llamaban respetuosamente.

En estas tradiciones vive la inmortal Huamanga, tan cantada por los músicos, los poetas y los escritores. Y tan querida por todos los que vivieron en ella. Porque Huamanga siempre ha sido un nombre que despierta ecos en todos los peruanos. Y es aquí, en esta su tierra, donde hoy vive Juan de Mata Peralta Ramírez, en el corazón y en el recuerdo de todos los que lo conocieron. En especial, en el amor y en el cariño de su familia.

Mg. Manuel Jesús Granados
(Antropólogo)

* Juan de Mata Peralta Ramírez: Insigne recopilador de tradiciones huamanguinas. Nació en la ciudad de Ayacucho el 8 de febrero de 1916. Sus estudios primarios y secundarios lo realizó en la ciudad de Huamanga y los estudios superiores en la Universidad "San Antonio de Abad" del Cuzco. Al retornar, se desempeñó como docente, regidor de la provincia y presidente de la Asociación de Escritores de Ayacucho (AEDA). Falleció un 23 de noviembre de 1997.

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