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| "Yuyaykuna" de Henry Zapata Ediciones Naylamp |
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Ayacucho es el escenario desde donde Henry Zapata Palomino (1973) nos conmueve con su innata capacidad de asombro ante la trascendencia de la vida y su inmensa ternura que no olvida ni abandona los recodos de su niñez y las personas que la acompañaron, no olvida tampoco el horror de una gue¬rra fratricida que aún huele a pólvora, a desgarro a perdón suspendido a justicia que no repara, a memoria que no descansa.
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El ichu, los claros manantiales, las torcazas, la Kuntucha, la madre, la tierra, las balas, la Oreja de Perro, Accomarca, Lucanamarca, Marcelino, Teófilo, Gualberto y todo... todo. Nada escapa al conmovido y tierno corazón del autor cuando tributa a los suyos, a los próximos, a los eter¬nos olvidados cuando acaricia con su memoriosa y tibia mirada su tierra querida, sus hermanos caídos. Cuando su rabia se hace palpable, visible, encendida, como el poncho de mil colores de Agapito Robles en su cantar.
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Y lo más importante, cuando logra transmitirnos, desde su mirada de niño, su mundo tierno, inacabable, infinito y herido y nos despierta y transgrede la inoperancia, la desidia, el conformismo, el desánimo y la intolerancia que empalidece nuestras vidas.
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Gabriela Villanueva
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| "Oreja de perro" y "Accomarca" dos poemas muy sentidos |