Sin duda, uno de los mejores estrenos del año: "El corazón de la luna" (2022), un drama fantástico sin diálogos. Es la historia de M: una mujer solitaria, pobre e inofensiva. Ella se gana algunas monedas cargando sacos de papa en un mercadillo de la ciudad para poder comer. Mientras desayuna siempre ve y disfruta un programa de TV con un robot gigante venciendo a los villanos.
Psicológica y emocionalmente no está bien, su aislamiento con el mundo real es cada vez más extremo, incluso ya casi es como un ser invisible para los demás. Hay un acontecimiento pasado que la ha marcado para siempre y está a punto de explotar en su cabeza, algo que la hará cruzar la línea hacia la fantasía y la locura, pero también será su única vía de escape para la redención de su alma. Ese día llega, dándole a su monótona vida un motivo de alegría, quizá es el último recurso inconsciente para tener los pies sobre la tierra: decide cuidar una hormiga que encontró en el bus de regreso a casa. Pero aquello, no es más que el primer peldaño hacia el descenso, hacía el infierno caótico de su frágil mundo interno, y donde solo un robot cual ángel podría ayudarle.
Con una duración de 80 minutos, la película tiene su mayor fortaleza en su protagonista, el trabajo actoral de nuestra gran Haydee Cáceres es monumental, magistral y digna de ovación. La caracterización, el vestuario, el maquillaje y la performance en general es tan convincente como sólida (desde el primer gesto en las cejas hasta el movimiento de los pies): minuciosamente todo bien controlado al detalle.
Además, a todo ello contribuye la prolija dirección de Aldo Salvini, quien vuelve a sus orígenes en cuanto a estilo, temática, obsesiones, colores y lenguaje cinematográfico vistos en sus aclamados cortometrajes de antaño. Si bien "El corazón de la luna" es técnica y visualmente impecable, con una exquisita y potente fotografía, con una cautivante y poética banda sonora, y entre otras áreas bien logradas como los efectos especiales, la dirección de arte, etc.; la película no es perfecta ni redonda.
Y acá entramos al terreno del guion, donde el director controla bien la atmósfera narrativa, pero no del todo sobre el ritmo narrativo, ya que el filme se distiende en muchos momentos: extendiendo la escena, redundando emociones, girando más de una vez sobre el mismo tema, repitiendo hasta regodearse una y otra vez en movimientos, planos y colores, etc. Lo cual exige un espectador paciente, si es cinéfilo exigente muchísimo mejor. Probablemente con algunos minutos menos podría haber sido mucha más compacta.
Se valora su alta calidad de producción, pero de ahí a que la historia llegue a tu corazón hay una cierta distancia, ya que el foco de atención sobre el personaje va desde afuera hacia adentro (intentando acercarse a la psiquis femenina, pero solo la recrea), razón por la cual uno logra entender el mundo y la problemática en el que vive M (la situación de abandono y la salud mental de los ancianos), pero de ahí a conmovernos, emocionarnos y simpatizar con ella desde sus zapatos es bastante incierto, y eso dependerá del nivel de sensibilidad de cada uno también. Eso sí, es un filme de visión obligatoria, imprescindible.
PUNTAJE: 8.5/10