"Hasta que nos volvamos a encontrar" (2022), la primera película peruana hecha por y para Netflix, dirigida por Bruno Ascenzo y producida por Tondero, tiene más debilidades que aciertos. Poca comedia, un romance forzado y full viajes express.
Es la historia mil veces contada. Por cosas del destino, dos personas opuestas de mundos distintos entablarán (a medida que avanza el relato) una relación muy estrecha, en este caso de interés romántico. ¿Y dónde está lo novedoso?, pues no precisamente en nuestros protagonistas, sino en el tour fugaz que harán ellos por los maravilloso paisajes de Cusco y otros lugares. Con un arranque simpático y prometedor a medida que avanza los minutos todo se vuelve monótono y nunca alza vuelo, un guion plano con personajes principales inconsistentes y una trama estirada.
Concebida inicialmente como una película de viajes al conseguir el financiamiento e interés del gigante del streaming, el proyecto se ajusta supuestamente a una comedia romántica: empleando las típicas plantillas o fórmulas americanas, pero que en este caso se "ajusta" como puede: de manera torpe, sin brillo ni emoción genuina. La música, las canciones, las maravillas arqueológicas como Machupicchu, las costumbres y sus pobladores son atractivos porque lo son en la realidad y no porque haya un plano o una mirada cinematográfica novedosa, muchas veces todo ello solo funcionan de relleno for export y hasta un tanto exotizante.
Con un variado, amplio e inclusivo elenco, el filme se queda corto, desaprovechando personajes secundarios y extras (actores conocidos del medio local), ya que todos pasan cual desfile. Lo mejor: Wendy Ramos haciendo de ella misma en todas las películas en las que ha participado, pero que siempre se le nota espontánea y cumple. Lo peor: no hay una puesta en escena memorable ni una dirección sólida. Además, el filme puede "verse técnicamente bonita", pero no tiene personalidad como para diferenciarse de cientos de películas de mismo formato y género, no arriesga ni quiere salir del molde, ni de las convenciones ni de la complacencia. El resultado: un fast food cinema, ultra ligero y para el olvido.
PUNTAJE: 2/10